viernes, 22 de junio de 2012

Un hombre libre


Es más fácil dejarse llevar por las circunstancias o actuar de acuerdo al interés del momento. Es más fácil, pero no es mejor. Hace que en el fondo el hombre no se sienta libre, se de cuenta de que no hace realmente aquello que quiere.
Para evitar esa esclavitud de las circunstancias, parece claro que son necesarios unos principios que guien la vida, que sirvan de soporte y ayuden a actuar libremente. Sin embargo ¡cuantas veces, a pesar de esos principios, se actua de manera contraria y se cae victimas del posibilismo!
Sin embargo no sólo hacen falta unos principios, si no también unos ejemplos que indiquen cómo llevar a la práctica lo que se cree y, sobre todo, que animen a pensar que es posible actuar conforme a cómo se cree. Para ello me parecen muy interesante leer las biografías de quienes han vivido de manera cotidiana aquello que creemos.
Hoy celebramos la fiesta de Tomás Moro, un estupendo ejemplo para todos y especialmente para los padres de familia. Los escritos de Moro reflejan una persona luchadora por ser fiel a su fe, no sólo en las grandes decisiones si no en el día a día.
Me encanta su sentido del humor en medio de grandes tribulaciones, saber vivir dignamente con mucho o con poco, la manera de transmitir paz a su mujer y a sus hijos y la importancia que le dió a mantener la familia unida , posiblemente la mejor vacuna inventada para no perder la esperanza y la alegría.
Supo hacer girar su vida sobre lo que considero un importante quicio, decía "dame, mi buen Señor, la gracia de esforzarme para conseguir las cosas que en la oración te pido". No sólo voluntarismo orgulloso, tampoco espiritualismo angelical.

Algo no funciona


Leo en un articulo que el Pastor Sammien Maletta habla de un grupo de hombres (230) esta preparado para tomar “el compromiso valiente” en el dia del padre, para lo cual van a tomar una preparación rigurosa:

Para ser la cabeza espiritual de mi casa ... para bendecir a mis hijos y enseñarles y entrenarlos ...
Para alcanzar la justicia y la misericordia, el amor ... para proporcionar ... arrepientan y se reconcilien ...
Para modelar y enseñar a la integridad y el honor y la fidelidad ... con determinación.

Mons. José Gómez, acaba de escribir acerca de la vocación de la paternidad .

Incluso después de un largo día de trabajo, aunque él preferiría estar haciendo otra cosa-en lugar de eso va a sonreír y reír y se deleitan en pasar el tiempo y jugar con sus hijos. Porque eso es lo que hacen los padres. Ellos mantienen su promesa de amor…

El pasado domingo es el Día del Padre, cuando de nuevo se celebra la hermosa realidad de la paternidad y la importancia de nuestros padres y abuelos en nuestras vidas. Pero también nos damos cuenta que estamos viviendo cada vez más en un "huérfano" cultura en la que muchos padres están ausentes de vida de sus hijos. Casi la mitad de todos los niños estadounidenses son ahora hijos de madres que no están casadas con el padre del niño. Más de un tercio de nuestros niños no están siendo criados en la misma casa que sus padres. Estas tendencias son parte de un escepticismo más amplio en nuestra sociedad hacia las ideas tradicionales de la familia y la persona humana.

Hay fuerzas poderosas en el trabajo que nos tienen re-imaginar y rediseñar el significado básico de la naturaleza humana. Quieren hacernos creer que si uno es un hombre o una mujer es sólo un "accidente" de nacimiento, y no intrínseca a lo que realmente somos. Ellos nos quieren hacer creer que la maternidad, la paternidad y el matrimonio no son realidades naturales, sino simplemente arbitrarias "construcciones sociales".

creo que nos estamos volviendo locos, que nos quieren imponer algo que va contra natura y claro esto es muy grave si terminamos aceptando estas premisas... 

Es el momento de replantear y recuperar el control sobre el futuro de la familia humana



Declaración de líderes católicos con motivo de la cumbre de Río+20
Con motivo de la cumbre de la ONU Río+20 que se desarrolla en Brasil, sobre desarrollo sostenible, la alianza internacional de agencias católicas de desarrollo CIDSE, a la que se han unido las firmas de numerosos líderes católicos, incluídos un buen número de obispos y arzobispos, y representantes de la sociedad civil, han apoyado una declaración titulada: “Es el momento de replantear y recuperar el control sobre el futuro de la familia humana”. Ofrecemos el texto de la declaración.
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Nosotros, representantes de la Iglesia Católica y de la sociedad civil de todos los continentes, trabajando para la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral apelamos a los líderes mundiales para que hagan una demostración de su liderazgo político en la Conferencia de Rio +20, y a toda la gente de buena voluntad para que actúen para lograr un mundo justo y sostenible.
No podemos seguir esperando re-imaginar y re-hacer un mundo mas verde y mas justo en el que la gente, mujeres y hombres, reconozcan que son una parte integral de la creación, viviendo en armonía con ella y respetándose mutuamente los unos a los otros. La tarea es inminente puesto que nos hemos permitido construir un mundo en el que existe aún demasiada gente sin suficiente alimento, agua o energía para vivir de forma digna.
Trabajamos a diario con los más necesitados y queremos darles voz. Las comunidades más pobres están luchando
para tener acceso a los recursos necesarios para su propio desarrollo, siendo cada vez más vulnerables a las amenazas medioambientales, mientras que los ecosistemas de los que dependen para ello están agotados y destrozados.
Vemos cómo la necesidad de tierra, agua, comida, recursos minerales y energía está aumentando de forma dramática, causando múltiples y violentos conflictos en el mundo entero. La imperiosa necesidad de recursos naturales será aún más intensa en las generaciones venideras.
El cambio climático está avanzando con mucha rapidez, por lo cual no podremos retroceder salvo si empezamos a actuar ahora. La gente más pobre y vulnerable es la más afectada por este cambio, a pesar de ser la menos responsable por las causas que lo provocan.
Estamos frente a una enorme tarea, por haber permitido que las reglas del mercado quedasen fuera de nuestro control, y que su lógica mercantilista se impusiese en nuestros anhelos y deseos, tratando la diversidad de la creación de Dios como «natural» y como parte del «capital humano». Hemos permitido que nuestros deseos humanos y aspiraciones sean fundamentalmente materialistas en lugar de generosos, impulsados más por el interés personal, que por la solidaridad.
Juntos, somos capaces de crear nuevos caminos de desarrollo hacia un mundo justo y sostenible. Además, este cambio depende también de cada uno de nosotros, con lo cual nuestra tarea primordial es trabajar en una transformación radical, fomentar estilos de vida alternativos, una nueva cultura caracterizada por el respeto a la creación, simplicidad y solidaridad, para un mayor desarrollo humano, verdadero y con calidad de vida. Aunque los pobres sean marginados, en su lucha diaria para sobrevivir demuestran mucha creatividad y han trabajado alternativas que constituyen para nosotros una gran fuente de aprendizaje y de referencia a la hora de adoptar políticas de incidencia. Hacemos un llamamiento para adoptar, durante la Conferencia de Rio +20, cambios
estructurales que permitan a las mujeres y a los hombres alcanzar su pleno potencial en igualdad de condiciones.
¡Es el momento de replantear todo y tomar el control! Ya es hora de regular el mercado para que sirva al bien común.
Los líderes mundiales se fijan en el crecimiento económico como principal medida de éxito. No obstante, ¿qué significa realmente el concepto del «crecimiento económico» si tomamos en cuenta el hecho de que los más pobres no pueden participar en éste, si nuestra calidad de vida no mejora y las desigualdades persistentes se profundizan aún más? ¿Qué significa este mismo concepto si implica la destrucción de nuestros bosques, nuestros océanos y nuestros recursos naturales? Necesitamos medir las cosas que importan, midamos de qué manera la economía está reduciendo
la pobreza, creando modos de vida y trabajos dignos, mejorando la sostenibilidad ecológica y la estabilidad social.
Una economía que nos lleve realmente al desarrollo sostenible tiene que ser justa y equitativa, reconociendo de forma adecuada la contribución valiosa de los enfoques locales que generan ventajas sociales y, sobre todo, respetan la dignidad y los derechos humanos de mujeres y hombres.
El desarrollo sostenible tiene que ser la base de un sistema financiero debidamente diseñado y regulado, que ponga la dignidad humana, el interés común y el cuidado de la creación en el centro de la vida económica. Son elementos fundamentales de un sistema financiero justo, la subsidiariedad y el mantenimiento de la función social de la propiedad privada, además de la redistribución a través de los impuestos. Es necesario dar reconocimiento y apoyo al pequeño e informal sector que constituye una parte importante del sector privado y es fuente de ingresos y
empleo para millones de personas pobres. Las instituciones financieras que forman parte de las grandes corporaciones sólo representan una pequeña parte del sector privado; sin embargo, tienen el mando de la mayoría del poder y los recursos, se les deberá exigir que demuestren cómo están contribuyendo al desarrollo sostenible por medio de su transparencia cada vez mayor y el cambio de sus prácticas insostenibles y explotadoras.
Los gobiernos deberán asegurar que los marcos normativos prioricen las necesidades y los derechos básicos de las comunidades y los países pobres para que éstos tengan suficiente acceso al agua, al alimento y la energía, y asegurarse también de que reciban beneficios por comercializar sus recursos naturales.
Debe darse prioridad a las mujeres, porque son ellas las que constituyen la mayoría de la gente que vive en la pobreza y las que se ven más afectadas por las desigualdades sociales, medioambientales y económicas. Por ello, en el eje de las políticas de los gobiernos, se deberán adoptar fuertes medidas para fomentar la igualdad entre mujeres y hombres a nivel social, económico y medioambiental para el desarrollo justo y sostenible.
El escándalo de que mil millones de personas están pasando hambre quebranta el derecho humano a la alimentación, y no puede continuar. Hay que aportar un mayor apoyo a los millones de campesinas y campesinos que trabajan en armonía con el medioambiente; ellos suponen la fuente más importante en materia de seguridad alimentaria para los más pobres.
En definitiva, hay que realizar esfuerzos para tratar con urgencia el cambio climático de origen antropogénico – esa es la amenaza más acuciante (de los más pobres en particular) a la que ahora nos enfrentamos. Se deben tomar acciones más ambiciosas, basadas en los principios clave de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Por último, el marco esbozado para desarrollo sostenible deberá capitalizar también los logros obtenidos; dirigiendo responsabilidades y retos de desarrollo en países desarrollados y menos desarrollados; deberá ser medible y comprensible para todo el mundo.
¡Esperamos que la Conferencia de Rio +20 finalice con un mensaje bien fundamentado de esperanza para todas las generaciones venideras! Esperamos que los líderes mundiales asuman su responsabilidad y la obligación moral de sus actos. Hoy hacemos un llamamiento a los líderes mundiales y a todas las personas de bien, a que sean conscientes de que tienen la oportunidad de hacer el camino de forma conjunta, un camino hacia un desarrollo equitativo y basado en los derechos humanos, hacia una vida verdaderamente humana, hacia un mundo en el que aceptemos que somos parte de la creación que nos ha sido dada para salvaguardarla.