martes, 18 de diciembre de 2012

El Estado o los padres de familia. ¿Quien tiene el derecho primario de la Educación?




Educar se confunde en la actualidad con impartir instrucción, y tal parece que el termino se relaciona inmediatamente con el concepto de nivel educativo que se puede evaluar con exámenes que midan la cantidad de conocimientos con los que cuentan los alumnos de diversos grados, bajo esta óptica podríamos decir que el Estado sería quien tendría el derecho primario de la educación pues los padres en general no tienen la capacidad para transmitir la gran cantidad de conocimientos de que se dispone hoy en día.
Pero si consideramos más completa la definición de educación que nos transmite el Papa Benedicto XVI que nos dice:"Educar es la formación de la persona a fin de capacitarla para vivir en plenitud y aportar su contribución al bien de la comunidad",  tendremos que replantear el asunto.
Vivir en plenitud no puede significar tan sólo tener la cabeza llena de ciencia, sino será preciso saber que es la persona humana en la raíz de la antropología cristiana, a la que se remite Benedicto XVI, donde se encuentra el sentido de la trascendencia. No sólo el ser humano es un ser abierto constitutivamente a los otros, ha sido creada por Dios, a imagen de Dios. Esta consideración del hombre como "imagen de Dios", creado por amor y creado creador, reivindica de manera radical su condición de valor absoluto.
En la actual Declaración Universal de Derechos Humanos, el artículo 26 señala el derecho de los padres a elegir la educación que prefieren para sus hijos (1), y es más significativo aún el hecho de que los firmantes incluyan este principio entre los básicos que un Estado no puede negar o manipular. 
Los padres son quienes pueden desde la cuna ir moldeando el alma, el carácter, los sentimientos de los pequeños de acuerdo a la sensibilidad de cada uno para que puedan llegar a vivir en plenitud, y siendo seres humanos plenos puedan aportar enormes beneficios al bien común.
Desgraciadamente muchos padres de familia han perdido de vista la trascendencia del ser humano, y consideran que el tiempo que se debe consagrar a esta magna obra es de menor valía que las satisfacciones y el dinero que puede dejar una labor profesional, y se menosprecia y critica por a las familias donde la mujer decide ser una madre de tiempo completo, o sea elige la "profesión" de formadora de hombres para consagrarles su vida.
Benedicto XVI habla por vez primera de emergencia educativa en el discurso pronunciado en la inauguración de la Asamblea Diocesana de Roma del año 2007. Dice el Papa: "en realidad hoy cualquier labor de educación parece cada vez más ardua y precaria. Por eso, se habla de una gran emergencia educativa, de la creciente dificultad que se encuentra para transmitir a las nuevas generaciones los valores fundamentales de la existencia y de un correcto comportamiento, dificultad que existe tanto en la escuela como en la familia, y se puede decir que en todos los demás organismos que tiene finalidades educativas".
La educación ha perdido la orientación; hay una confusión en cuanto a las finalidades o hay una falta total de ideas. Palabras como esfuerzo, constancia, obediencia, sacrificio, responsabilidad, autoridad, que fueron claves durante mucho tiempo el edificio de la educación, parecen haber desaparecido del vocabulario del educativo. Sería muy útil que los jóvenes enraizaran en su corazón la siguiente frase que Anacleto González Flores repetía a sus alumnos "Cumplir siempre con el deber es la sola ilusión que está a salvo del desencanto".
Los padres de familia deben retomar una reflexión sobre conceptos fundamentales como son la naturaleza humana y su identidad, la dignidad por el simple hecho de ser persona, su racionalidad, autonomía y libertad, su necesidad de amar y ser amado, su trascendencia y referencia a Dios.
El Estado no tendría porque marchar en otra dirección de la que lo harían su ciudadanos, por lo tanto no tendría que confundir como lo ha hecho en la llamada educación laica en una ausencia total de valores y de conceptos que están incluidos en la cultura cristiana de la cual procedemos la mayoría de los estados occidentales.
El problema es que el vacío moral de la educación laica ya se refleja también en el ámbito familiar, donde los padres están más preocupados por el futuro económico de sus hijos que por su formación como personas integrales. Ya no buscan una escuela que sea continuación de sus valores familiares, sino simplemente que cuente con gran prestigio aunque  se enseñen principios contrarios a los que se viven en casa.
Para los cristianos la educación en la fe no debe ser algo complementario, sino primordial. Por ello me parece que la siguiente reflexión del 29 de mayo del obispo de Cuenca (España), monseñor José María Yanguas, es una reflexión muy clara donde señaló que los padres creyentes tienen el deber y derecho de transmitir y educar a sus hijos en la fe.
En su habitual mensaje semanal el prelado se dirigió a los padres de familia para recordarles que en su misión evangelizadora debe ser prioritaria "la educación de los hijos, en general, y el de la transmisión y educación en la fe, en particular.
"Los padres tienen un derecho original en la educación de los hijos, es un derecho que Dios mismo les concede. Al ser natural, es también inalienable; nadie se los puede arrebatar, aunque ciertas circunstancias puedan hacer que quede recortado o condicionado".
En ese sentido, aclaró que el Estado tiene una función subsidiaria en la educación, "sólo cuando los padres no pueden cumplir con ese deber, o no pueden hacerlo de manera suficiente, debe entrar el Estado a completar lo que falta a la acción educativa de los padres".
Asimismo, resaltó que la familia constituye el ambiente más favorable para la educación y desarrollo integral de los hijos. "Un ambiente en que se vive el amor de cada uno de sus miembros por lo que es y no por el beneficio que reporta; el respeto de la variedad; la solidaridad; la atención preferencial al más débil y la convivencia entre generaciones", indicó.
Finalmente, manifestó que los padres gozan de la gracia y ayuda de Dios necesaria para el cumplimiento de su misión de educar a sus hijos, "una misión que denominaríamos con toda razón como sagrada, que tiene que ver con la felicidad de cada uno de los miembros de la familia".
En resumen podemos decir que si bien la tarea educativa es en principio un derecho de los padres y ellos deben ser el factor primordial al decidir sobre la formación que hay que dar a  los hijos, la participación del Estado es también fundamental, por lo que no se trata de una competencia, sino de un complemento que se debe desarrollar en perfecta armonía, donde se contemplen todos los factores que son necesarios para el desarrollo pleno de la persona humana.
Pero ese derecho significa que los padres tenemos una responsabilidad trascendental que no podemos esquivar ni relegar en el Estado, en la escuela, o en terceros, es un deber irrenunciable que hay que enfrentar en toda su complejidad y en toda su extensión, por lo que hay que enfocarse mucho en estos tiempos en la educación de los valores humanos y cristianos, pero sobre todo poner en primer plano la educación en la fe y para este punto tal vez los primeros que deberemos de reflexionar sobre la propia vida somos los padres, pues puede que sea necesario que empecemos por hacernos una evaluación de que tanto estamos actualizados en nuestros conocimientos religiosos pero sobre todo en la práctica de los mismos.
Además de educar a los hijos en los valores hay que hacer hincapié en su responsabilidad social, púes el individualismo es uno de los males de nuestro tiempo, y esto se refleja aún en el aspecto religioso, por ello una práctica que posiblemente hemos perdido o no hemos tenido como norma y deberíamos implementar en familia es acudir a la misa de los domingos, que será el apoyo más valioso en nuestra tarea educativa en un doble sentido, nos iluminará a nosotros como responsables de la educación y ayudará a moldear el corazón de los hijos en el amor a Dios, que es el único camino seguro para llegar a la verdadera realización y plenitud de las personas, realizándose de esta manera el fin de la educación.
El Estado debe intervenir en la educación respetando los deseos de los padres de familia sobre la formación integral de sus hijos en base a los valores familiares y sociales sobre los que se ha forjado nuestra sociedad, pero los padres deberán ser siempre por el derecho y en la práctica los primeros educadores.
Bibliografía:
Discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió el 27 de mayo 2010 a los miembros de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), que se encuentran reunidos en Asamblea General.
Reflexiones de Mons. José María Yanguas
Declaración universal de los derechos humanos Art. 26

viernes, 16 de noviembre de 2012

jueves, 25 de octubre de 2012

Moraleja




"La mejor relación no es aquella que une personas perfectas, es aquella donde cada uno acepta los defectos del otro y consigue perdón por los suyos propios".

viernes, 19 de octubre de 2012

Actrices respaldan a Obama y dicen sí al aborto



Las actrices Scarlett Johansson, Eva Longoria y Kerry Washington han expresado en más de una ocasión su apoyo al candidato demócrata Barack Obama y para muestra, el más reciente anuncio en donde critican abiertamente la posición de los republicanos frente al aborto.

El anuncio, dirigido por el cineasta Rob Reiner, se emitirá en todo Estados Unidos y en el spot puede verse y escucharse a Johansson con un discurso contra el candidato republicano Mitt Romney por su deseo de eliminar los fondos para la abortista organización “Planned Parenthood” y es que el ex gobernador de Massachusetts ha sido muy claro en que de ganar la elección, retirará todos los fondos públicos federales a la institución que ha facilitado la muerte de millones bebés en el seno de sus madres.

Luego no nos extrañemos...

miércoles, 17 de octubre de 2012

El impresionante testimonio de una mujer que abortó (leído en la manifestación de Madrid)


«Cuando recuerdo ese día siento asco. Me dí cuenta de que allí no eres más que un número para facturar dinero», recuerda la joven de 32 años.


Durante la manifestación por el Aborto Cero celebrada este domingo en Madrid, se leyó el testimonio de una mujer que abortó, y que por su valor reproducimos en su integridad:
Testimonio de una mujer que abortó
        Soy española, tengo 32 años y hace nueve aborté. Espero que mis palabras sirvan para que si las escucha otra mujer que en algún momento se plantea abortar no lo haga porque es una decisión que te destroza por dentro y no tiene vuelta atrás. Cuando lo piensas te sientes angustiada, pero crees que si abortas esa ansiedad desaparecerá. No es así, lo que viene luego es mucho peor y siempre estará contigo. Desde el instante después de hacerlo supe que ese sufrimiento me acompañaría toda la vida.
        Cuando aborté estaba terminando mi carrera y tenía novio. Todo me iba bien. Pero un día sospeché que estaba embarazada. Cuando lo confirmé sentí vértigo, un miedo que me paralizó.
        Me venía constantemente una frase a la cabeza: “No estoy preparada” y en mi interior empecé a pensar en abortar. Me veía incapaz de ser madre, de cuidar a un hijo y hacerme responsable de otra vida. En el fondo, a pesar de tener más de veinte años me veía todavía como una niña, y no se puede ser a la vez madre y niña.
        También pensaba en mis padres. No teníamos buena situación económica y, en cambio, ellos siempre se habían esforzado mucho por proporcionarnos a mis hermanos y a mí una buena formación. ¿Cómo les iba a decir que estaba embarazada? ¿Qué clase de irresponsable era yo que les iba a añadir una carga más, con todo lo que me habían dado?
        Pensé que mi novio me acompañaría y alentaría a seguir adelante pero no fue así. Él también tenía miedo. Me dijo que creía que no nos podíamos arruinar la vida tan pronto. No le culpo, la decisión fue de los dos, pero muchas veces me pregunto qué habría pasado si no hubiera sido tan tajante.
        Fuimos juntos a la clínica abortista. Cuando recuerdo ese día siento asco. Me dí cuenta de que allí no eres más que un número para facturar dinero. Veía las caras en la sala de espera y se me hacía un nudo en el estómago. Había mujeres de diferentes edades. Algunas lloraban, otras estaban pálidas y calladas como tumbas. Algunas iban acompañadas, otras esperaban solas. Había mujeres que pasaban de la treintena y otras que parecían niñas. Miré sobre todo a una que estaba acompañada de sus padres. Me fijé en su gesto. Más que miedo reflejaba tristeza y rabia. Eso mismo lo he sentido yo muchas veces después. Llegué a preguntarme qué hacía yo ahí, pero estaba bloqueada, no podía salir de ese sitio. Simplemente había tomado una decisión y no se podía cambiar.
        Cuando desperté de la anestesia me dolía todo el cuerpo. Estuve sangrando durante media hora. Creía que me quería morir. O mejor dicho, me quería morir. Me decía a mí misma: “Qué he hecho, qué he hecho…”. Habíamos decidido abortar para no arruinar nuestra vida y ahora yo veía que me la había destrozado para siempre. Me dolía lo indecible ser tan consciente de que al entrar en el quirófano había alguien dentro de mí y ahora estaba yo sola. Entramos dos en el quirófano, mi hijo y yo, y ahora estaba yo sola esperando a que parase la hemorragia. Lloré sin parar, sin poder contener una sola lágrima.
        Me encerré en casa dos días seguidos a oscuras y llorando en mi habitación. No paraba de repetirme por qué había hecho algo así, por qué había matado a mi hijo. Ya no había vuelta atrás, ni posibilidad alguna de arreglar lo que yo misma había provocado.
        Pronto empecé a dormir mal, a tener pesadillas y sentir una mezcla de ansiedad y tristeza que no podía frenar. Soñaba con niños desprotegidos que me pedían auxilio y yo no hacía nada. Me despertaba en mitad de la noche, pero en vez de sentir alivio por interrumpir la pesadilla, me hundía más porque la pesadilla era real. Había hecho lo peor que una mujer puede hacer.
        Ya no era la misma. No disfrutaba, me mostraba irascible, quería llorar a escondidas cada dos por tres… y sentía un vacío dentro de mí que nada podía cubrir. Ese vacío siempre estará ahí, nunca cambiará.
        La relación con mi novio se hizo imposible, a pesar de que yo quería perdonarle.
        Han pasado ya muchos años y no hay día que no me arrepienta de haberlo hecho. Todos los días pienso en mi pequeño, en que lo daría todo por tenerlo conmigo. La gente piensa que te acostumbras a vivir con esto, pero no es verdad, sólo te adaptas. Quise ocultarles a mis padres que había abortado, pero un día no pude más y se lo conté a mi madre. Gracias a ella y al apoyo de mi familia he podido salir a flote, me refugié en ellos como nunca antes. Ahora sé que si hubiera tenido a mi hijo habríamos contado con el apoyo de mi familia, pero entonces sólo me preocupaba qué iban a pensar.
        He recibido terapia, y me ha ayudado mucho, pero el dolor más profundo no te lo puede quitar nada ni nadie. Simplemente aprendes a vivir con ello. Siempre tendré dentro de mí una sensación de pena enorme y constante por recordar que le hice algo así a mi propio hijo. Lo que más deseo en el mundo y le pido a Dios es que algún día pueda unirme con mi niño.

Cuando el hijo llega enfermo...



Bentley Glass (1906-2005), un famoso genetista, escribió hace años que no debería nacer ningún hijo con defectos.
        En un artículo publicado en una revista científica en 1971, decía literalmente: "En el futuro ningún padre de familia tendrá derecho de cargar a la sociedad con un hijo deforme o mentalmente incapaz". Apoyaba esta idea con la defensa del derecho a nacer con una sana constitución física y mental.
        Han pasado más de 30 años de unas afirmaciones que eran, en su tiempo, una provocación, un reto, casi una amenaza. Hoy día, sin embargo, las palabras de Glass están convirtiéndose en una triste realidad: con o sin presiones, muchos padres deciden no acoger la vida del hijo que llega enfermo. Usan, para actuar así, la misma excusa propuesta por Glass: todo niño tendría derecho a nacer sano. Lo cual se ha convertido en negar el derecho a nacer para los hijos enfermos.
        Muchas sociedades, hemos de reconocerlo en justicia, han hecho un trabajo enorme para permitir el acceso a los edificios y a la vida comunitaria de personas con lesiones o enfermedades de diverso tipo. Pero ese esfuerzo a favor de los minusválidos convive trágicamente con la eliminación de miles y miles de hijos antes de nacer, porque un test genético o una ecografía descubrió en ellos defectos de mayor o menor gravedad.
        En un libro publicado el año 2002, Leon Kass, conocido experto de bioética en los Estados Unidos, exponía esta anécdota. Un médico, acompañado por sus alumnos, visitaba a los pacientes de un hospital anexo a un centro universitario. Se detuvo ante un niño de 10 años que estaba allí por haber nacido con espina bífida, pero que en lo demás era bastante normal. En voz alta, delante del niño, explicó a sus alumnos: “Si este niño hubiera sido concebido hoy día, habría sido abortado”.
        Ver al hijo enfermo como una carga, pensar incluso que sería normal o que existiría una “obligación” de eliminarlo, debería provocar una sana reacción de alarma. No podemos permitir que se discrimine, que se margine, que se elimine, a un ser humano por el hecho de tener defectos. Necesitamos movilizarnos, a nivel personal, familiar, social, en el mundo de la cultura y de la medicina, para que nunca una enfermedad o un cromosoma se conviertan en un permiso, o peor aún, en un mandato, para eliminar al hijo.
        Las afirmaciones de Bentley Glass viven hoy día entre quienes, a través de la fecundación artificial, buscan “producir” hijos sanos. No nos advierten de la doble injusticia que se esconde en esas “producciones”: por un lado, recurrir a la fecundación artificial, con todos sus peligros y con su tendencia a considerar al hijo como objeto; por otro, escoger, después de un análisis genético, sólo a los embriones (hijos) sanos, mientras los embriones enfermos son eliminados o congelados de modo indefinido.
        El progreso de la medicina diagnóstica y de la genética debe ir acompañado por un progreso en la justicia y en el amor hacia todos y cada uno de los seres humanos. Conocer la situación sana o enferma de un hijo tiene sentido humanizante sólo si buscamos cómo curarlo y cómo atenderlo de la mejor manera posible.
        Un test nunca debe convertirse en un permiso para matar. Más bien, el test tendrá que ser siempre un medio para ayudar y proteger la vida de cada ser humano. Lo cual será posible sólo si el test está acompañado por una conciencia recta y por un corazón bueno, capaz de reconocer que, siempre, sin condiciones, cada vida humana es algo maravilloso, merecedor de nuestro amor y de la mejor asistencia médica.
Fernando Pascual, L.C.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Un perro, un gato, un pájaro... !no son niños!

Tener una mascota en el hogar es común: un gato, pájaro, pez y el más frecuente; un perro. Lamentablemente, muchas personas no son conscientes de la responsabilidad que ello representa e ignoran que un animal en casa merece una vida digna y cómoda, pero ¿cuál es el trato adecuado para ellos?
Muchos especialistas recomiendan tener una mascota en casa y más cuando se tiene hijos ya que cómo responsabilidad que representa puede ayudar a los pequeños a madurar en ese sentido.
 Este tema es muy delicado, “no a todos simpatizan las mascotas por eso no se ha dado la importancia suficiente para definir el trato adecuado a ellos; no merecen ser tratados con crueldad pero tampoco son humanos, lo que no puede faltar es darle alimento, respeto y afecto como todo ser vivo merece ser tratado”.
La especialista  comentó que tener una mascota en casa no solamente está en decir sí o no, “hay que hablarlo con cada uno de los miembros y dejar claro que no será tratado como juguete, incorporar a otro ser vivo en el seno familiar requiere cierta preparación, organización y prevención, toma en cuenta que no solamente son felices comiendo (como muchos creen), necesitan cuidados especiales como ejercicio y entrenamiento por ello la insistencia de considerarlos como otra responsabilidad más en casa”.
Para tener un animal en casa hay que prepararse, por lo se aconsejan algunos puntos útiles en el cuidado de los animales:
  • Antes de elegirlo piensa cuál es el indicado en el hogar ya que no todas las mascotas son idóneos para convivir con niños. Por ejemplo, no escojas un perro nervioso de raza pura para jugar con tu bebé; también, toma en cuenta la edad y el tamaño de tus hijos y haz una buena decisión en cuanto a la edad y tamaño de la mascota.
  • Viendo el espacio de tu casa, toma en cuenta que la mascota necesitará un área adecuada para dormir, comer y ejercitarse. ¿Dónde va dormir? ¿Hay suficiente espacio en el jardín para que tenga su lugar? En el caso de peces o aves, la luz y la ventilación son importantes.
  • Es importante responsabilizar sin obligar, tener mascota es una oportunidad para aprender a cuidar a otro ser vivo, ser responsable y disfrutar de una relación de cariño mutuo. Según la edad de tus hijos pueden repartir la responsabilidad de la alimentación y limpieza.
  • Una de las grandes satisfacciones de tener mascota en casa es la relación de lealtad y cariño que se puede dar. Los animales son fieles, nobles, y muy buena compañía.
Sin embargo, como cualquier relación, se tiene que construir con disciplina, dedicación y trabajo.
La lucha por los derechos animales es un acto aplaudible, pero también es reprobable su trato inadecuado. El mismo César Millán, conocido como “El encantador de perros” consideró ridículo tratar a un perro como humano, “para que una mascota sea feliz sólo necesita comida, ejercicio, disciplina y afecto; lo demás sobra, es para satisfacer al dueño”.
Ejerzamos el respeto y la responsabilidad sobre ellos, dales una vida digna y si no eres amigable con ellos tampoco seas su enemigo.
de "yo influyo"

jueves, 5 de julio de 2012

La verdad del Amor humano




La Conferencia Episcopal Española acaba de publicar un importante texto sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar. Puede verse –e imprimirse- (al pie de esta nota) Habrá salido publicado en otros sitios, pero hoy viene el texto completo en la separata de información religiosa Alfa y Omega, del ABC.

   La familia natural –y éste es mi comentario personal-, está muy maltratada en España. Tanto que, de seguir así, tiende a desaparecer. ¿Qué puede reforzar hoy la familia natural? ¿Este documento de la Conferencia Episcopal? Pues seguramente, sí. El ejemplo de unos padres paseando por la calle con sus tres, cuatro o cinco hijos. Pues quizá tanto, o más. ¿Las explicaciones que los padres dan a sus hijos, o la alegría que se ve en ellos? Por supuesto.

   Pero también hay otras muchas formas de contribuir a reforzar la familia natural. A los políticos y legisladores van dirigidos gran parte del texto. Pero también a los ciudadanos que son quienes deben influir en la conformar la sociedad.

   La llamada “crisis” no es solo económica. Es también humana y moral. Si destruimos la familia, ¿qué nos queda?

   Como veis, existen muchos modos de favorecer la familia natural.

http://www.conferenciaepiscopal.es/index.php/documentos-plenaria/2843-la-verdad-del-amor-humano-orientaciones-sobre-el-amor-conyugal-la-ideologia-de-genero-y-la-legislacion-familiar.html

martes, 3 de julio de 2012

Bendito Paladar



PRIMERA TEMPORADA COMPLETA (4 DVD)

 
La Serie de TV en DVD "Bendito Paladar" en la que Sor Liliana y Sor Beatriz (monjas de clausura Concepcionistas Franciscanas) nos enseñan recetas tradicionales y sencillas con un toque divino.
Bendito Paladar es el programa de cocina revelación de la televisión española. Sor Beatriz y Sor Liliana, con su espontaneidad y naturalidad, nos explican sus recetas y su vida de oración desde un lugar muy especial: los fogones de la cocina de su convento.
Bendito Paladar Sor Liliana y Sor Beatriz vivían en la tranquilidad de su convento de clausura, en la ciudad de Segovia, cuando les llegó, casi por casualidad, una propuesta que cambió sus vidas y las de todas las hermanas del convento.
La primera temporada completa de la serie (4 DVD), de gran éxito en televisión, es una producción de 13TV dirigida por Ana Alderete. Contiene 66 recetas en 22 programas completos. En cada programa aprendemos a preparar, de manera fácil y divertida, tres recetas sorprendentes...

http://www.encristiano.com/oferta/bendito-paladar.html

'LA CRISIS NO ES SÓLO ECONÓMICA SINO MORAL Y DE VALORES'




Carta pastoral del cardenal Rouco con motivo del Día de la Caridad

MADRID, martes 5 junio 2012 (ZENIT.org).- El próximo domingo, 10 de junio, solemnidad del Corpus Christi, se celebrará el Día de la Caridad, este año con el lema ‘Venid hambrientos y sedientos’. Con este motivo el cardenal arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela ha escrito una carta pastoral en la que afirma que la crisis no es sólo económica y financiera sino moral y de valores.
En su carta el cardenal Rouco recuerda que “en la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, fiesta grande de la Eucaristía, del Amor infinito de Dios a los hombres, la Iglesia celebra el Día de la Caridad. El Señor, al instituir la Eucaristía en la Última Cena, anticipa su muerte y resurrección, dándose a sí mismo en el pan y vino, su Cuerpo y su Sangre, como nuevo maná. Al celebrar la Eucaristía, al participar comulgando el Pan de la Vida –el mismo Jesucristo- nos implicamos en el dinamismo de su entrega, y en la comunión sacramental quedamos unidos al Señor todos los que comulgamos. La unión con Cristo es unión al mismo tiempo con todos a los que Él se entrega. En la comunión eucarística está incluido el ser amado por Dios y el amor a los otros”. 
En alusión al Día de la Caridad, dice que “es mucho tiempo, varios años, el que llevamos afectados por la grave crisis cuyos efectos devastadores no han dejado de crecer. Los datos que de un modo periódico hemos ido conociendo, sobre todo el número de personas que pierden el empleo, son alarmantes, por las graves consecuencias que afectan a tantas personas y familias cuya situación de penuria está siendo en muchos casos dramática”. “Pero la crisis no es sólo económica y financiera, también estamos padeciendo una profunda crisis moral y de valores. Se idolatra el confort, el bienestar, el dinero, el placer… introduciéndose hondamente en el modo de vida establecido y se rechaza al Dios verdadero. Esta es la raíz fundamental de todos nuestros males. No saldremos de esta situación si no nos convertimos y volvemos nuestra vida a Dios, origen de todo bien”. 
Y es que, asegura, “es el amor de Dios el que nos impulsa a vivir amando y sirviendo, y con él, recibimos la gracia para construir una sociedad más justa y fraterna, austera y solidaria, apartándonos de la codicia, la acumulación de bienes y el enriquecimiento rápido. Es el amor de Dios el que impulsa al corazón humano a amar y este amor es servir, siendo cauces del amor de Dios para los otros”. 
Recuerda que “Cristo es ‘el Camino, la Verdad y la Vida’ (Jn 14,6), y es en Él y con Él de quien recibiremos la fuerza, hecha caridad, para acertar en la salida de la crisis. Sin esta caridad, que es generosidad sincera, servicio desinteresado, solidaridad fraterna y austeridad, será imposible introducir los cambios necesarios en el estilo de vida y en las costumbres sociales y políticas que han conducido a la crisis y que seguirán amenazantes siempre”. 
“Nuestra Cáritas Diocesana, Cáritas Madrid, ha sido galardonada recientemente con la medalla de oro de la Comunidad Autónoma de Madrid y también cuenta con el apoyo y reconocimiento de gran parte de la población. Cáritas Madrid es la institución de nuestra Iglesia Diocesana al servicio de los pobres. Es el amor de Dios el que moviliza a tantos corazones a vivir amando y sirviendo a los que sufren. Las parroquias, cáritas parroquiales, instituciones de consagrados, voluntarios, donantes, suscriptores, trabajadores, técnicos… y beneficiarios, formamos esa gran familia de Cáritas Diocesana donde circula por los corazones la fraternidad y la concordia, la generosidad y la esperanza”. 
Reconoce que, “aunque en este tiempo las ayudas que Cáritas ha hecho llegar a las personas que sufren más duramente las consecuencias de la crisis han crecido muy significativamente, los fondos de Cáritas siguen aumentando gracias a la generosidad de suscriptores y donantes. Os agradezco sinceramente que este ‘milagro’ de generosidad siga siendo posible. También quiero expresar mi agradecimiento a todas las personas que, viendo las dificultades de tantos que están siendo golpeados por la crisis, se dedican a amar y a servir, acompañando y atendiendo a los más necesitados”. Y es que “este modo de vivir, amando y sirviendo a los que nadie quiere, es vivir en plenitud, que sólo podemos conseguir sintiéndonos amados por Dios”, afirma. 
Por eso, manifiesta su deseo de que “esta manera de vivir de tantas personas que a través de Cáritas aman y sirven a los pobres, sea un ejemplo y un estímulo para toda la ciudadanía y, caminando juntos, salgamos de esta crisis construyendo una sociedad más justa y fraterna”. 
Y concluye pidiendo a la Virgen que “nos ayude a descubrir la grandeza de la Eucaristía: que el Amor de Cristo llegue a nuestros corazones y nos dé fuerza para amar como Él nos ama, acompañando y sirviendo a los que sufren, construyendo un mundo nuevo y distinto, donde el Amor de Dios sea la fuerza transformadora de la vida en nuestra sociedad”.  


http://www.zenit.org/article-42372?l=spanish

'NO HAY FUTURO EN LA HUMANIDAD SIN LA FAMILIA'



Palabras de Benedicto XVI en la Audiencia General

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 6 junio 2012 (ZENIT.org).- En la mañana de este miércoles ha tenido lugar la Audiencia General, a las 10,30 horas, en la plaza de San Pedro donde Benedicto XVI se ha encontrado con grupos de peregrinos y fieles llegados de Italia y de otros países. En su discurso ha recordado su reciente viaje a Milán para encontrarse con las familias del mundo. Ofrecemos el texto del discurso.
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Queridos hermanos y hermanas:
"La Familia, el trabajo y la fiesta": este fue el tema del VII Encuentro Mundial de las Familias, que se celebró recientemente en Milán. Todavía conservo en los ojos y en el corazón, las imágenes y las emociones de este inolvidable y maravilloso evento, que ha transformado a Milán en una ciudad de las familias: familias de todo el mundo, unidas por la alegría de creer en Jesucristo. Estoy profundamente agradecido a Dios por haberme permitido vivir esta cita "con" las familias y "para" la familia. En cuantos me han escuchado en los últimos días, he encontrado una sincera disponibilidad a acoger y testimoniar el "Evangelio de la familia". Sí, porque no hay futuro en la humanidad sin la familia; especialmente los jóvenes, para aprender los valores que dan sentido a la existencia, tienen necesidad de nacer y crecer en esa comunidad de vida y amor que Dios ha querido para el hombre y la mujer.
El encuentro con las numerosas familias provenientes de los diferentes continentes, me ha dado la feliz oportunidad de visitar por primera vez como Sucesor de Pedro, la archidiócesis de Milán. Me acogieron con gran cordialidad --por lo cual estoy profundamente agradecido--, el cardenal Angelo Scola, los presbíteros y todos los fieles, así como el alcalde y las demás autoridades. He podido experimentar así tan de cerca, la fe de la población ambrosiana, rica en historia, cultura, humanidad y de ejercicio de la caridad.
En la Plaza del Duomo, símbolo y corazón de la ciudad, se tuvo el primer evento de esta intensa visita pastoral de tres días. No puedo olvidar ese abrazo tan cálido de la multitud de milaneses, y de los participantes en el VII Encuentro Mundial de las Familias, que me han acompañado también a través de todo el recorrido de mi visita, con calles llenas de personas. Una vastedad de familias en fiesta, que con sentimientos de profunda participación se han unido al pensamiento afectuoso y solidario que dirigí a quienes tienen necesidad de ayuda y de consuelo, y que son afectados por varias preocupaciones, especialmente a las familias más afectadas por la crisis económica, así como a las queridas poblaciones del terremoto. En este primer encuentro con la ciudad, he querido sobretodo hablar al corazón de los fieles ambrosianos, exhortándolos a vivir la fe en su propia experiencia privada y pública, a fin de favorecer un auténtico “bienestar”, a partir de la familia, que se le redescubre como principal patrimonio de la humanidad. Desde lo alto del Duomo (Catedral de Milán ndr), la estatua de la Virgen con los brazos abiertos parecía acoger con ternura maternal a todas las familias de Milán y del mundo entero.
Milán me ha reservado también un singular y noble saludo en uno de los lugares más sugestivos y significativos de la ciudad, como es el Teatro alla Scala, donde se escribieron páginas importantes en la historia del país, bajo el impulso de grandes valores espirituales e ideales. En este templo de la música, las notas de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven han dado voz a esa instancia de universalidad y de fraternidad, que la Iglesia continúa presentando incansablemente, con el anuncio del Evangelio. Y justamente, fue un contraste entre este ideal y los dramas de la historia, y la exigencia de un Dios cercano que comparta nuestros sufrimientos, con que hice referencia al final del concierto, dedicándolo a tantos hermanos y hermanas probados por el terremoto. Hice hincapié de que en Jesús de Nazaret, Dios se vuelve cercano y carga con nosotros nuestro sufrimiento. Al final de ese intenso momento artístico y espiritual, he querido referirme a la familia del tercer milenio, recordando que es en familia donde se experimenta por primera vez cómo la persona humana no ha sido creada para vivir encerrada en sí misma, sino en relación con los demás; y es en la familia que se empieza a encender en el corazón la luz de la paz para iluminar nuestro mundo.
Al día siguiente en el Duomo, rebosante de sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas, en presencia de numerosos cardenales y obispos que llegaron a Milán de diversos países del mundo, he celebrado la Hora Tercia según la liturgia ambrosiana. Allí he querido subrayar el valor del celibato y de la virginidad consagrada, tan querida por el gran san Ambrosio. El celibato y la virginidad en la Iglesia son un signo luminoso del amor a Dios y a los hermanos, que parte de una relación cada vez más íntima con Cristo, que se expresa en la oración y en el don total de sí mismo.
Un momento lleno de gran emoción fue luego la cita en el estadio "Meazza", donde experimenté el abrazo de una multitud gozosa de adolescentes que este año han recibido o están a punto de recibir el sacramento de la Confirmación. La cuidadosa preparación del evento, con textos significativos y oraciones, así como coreografías, hicieron aún más estimulante el encuentro. A los muchachos ambrosianos les dirigí un llamado a dar un “sí” libre y consciente al Evangelio de Jesús, acogiendo el don del Espíritu Santo, que les permita como cristianos vivir el Evangelio y a ser miembros activos de la comunidad. Los animé a comprometerse, en particular en el estudio y en el servicio generoso al prójimo.
El encuentro con los representantes de las autoridades institucionales, de los empresarios y de los trabajadores, del mundo de la cultura y de la educación de la sociedad milanese y lombarda, me permitió relevar la importancia de que la legislación y las obras de las instituciones del Estado estén al servicio y protejan a la persona en todos sus aspectos, empezando por el derecho a la vida, de la cual no se puede jamás consentir su eliminación deliberada, así como el reconocimiento de la identidad misma de la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
Después de esta última cita dedicada a la realidad diocesana y ciudadana, me dirigí la extensa área del Parque Norte, en el territorio de Bresso, donde he participado de la estimulante Fiesta de los Testimonios, que llevaba el título "Un mundo, familia, amor". Aquí he tenido el placer de encontrar a millones de personas, un arco iris de familias italianas y de todo el mundo, ya reunidos desde la primera tarde en un ambiente festivo y de genuina calidez familiar. Respondiendo a las preguntas de algunas familias, surgidas de sus vidas y de sus experiencias, he querido dar una señal del diálogo abierto que existe entre las familias y la Iglesia, entre el mundo y la Iglesia. Me quedé muy impresionado por los testimonios conmovedores de los cónyuges y de los hijos de diferentes continentes, sobre cuestiones candentes de nuestro tiempo: la crisis económica, la dificultad de conciliar los tiempos de trabajo con los de la familia, la proliferación de las separaciones y divorcios, así como las preguntas existenciales que afectan a adultos, niños y jóvenes. Aquí quisiera recordar lo que dije en defensa del tiempo para la familia, amenazada por una especie de "acoso" de los compromisos de trabajo: el domingo es el día del Señor y del hombre, un día en que todo el mundo debería estar libre, libre para la familia y libre para Dios. ¡Defendiendo el domingo, defendemos la libertad del hombre!
La Santa Misa del domingo 3 de junio, conclusiva del VII Encuentro Mundial de las Familias, ha contado con la participación de una gran asamblea de oración, que llenó toda el área del aeropuerto de Bresso, convertida casi en una gran catedral al aire, gracias también a las reproducción de los magníficos vitrales policromados del Duomo, que destacaban en el escenario. Ante esa gran cantidad de fieles, provenientes de diversas naciones y profundamente participativos en una liturgia muy bien cuidada, he lanzado un llamado a construir comunidades eclesiales que sean cada vez más familia, capaces de reflejar la belleza de la Santísima Trinidad y de evangelizar no solo con la palabra, sino por irradiación, con la fuerza de un amor vivido, porque el amor es la única fuerza que puede transformar el mundo.
También hice hincapié en la importancia de la "tríada" familia, trabajo y fiesta. Son tres dones de Dios, tres dimensiones de nuestra vida que deben encontrar un equilibrio armónico para construir sociedades con rostro humano.
Siento una profunda gratitud por estos maravillosos días en Milán. Gracias al cardenal Ennio Antonelli y al Consejo Pontificio para la Familia, a todas las autoridades, por su presencia y la colaboración con el evento; gracias también al Presidente del Consejo de Ministros de la República Italiana por su participación en la Santa Misa del domingo. Y renuevo un "gracias" cordial a las diferentes instituciones que han colaborado generosamente con la Santa Sede y con la Arquidiócesis de Milán para la organización del Encuentro, que ha tenido un gran éxito pastoral y eclesial, como se ha informado ampliamente en todo el mundo. Este, de hecho, ha convocado a Milán más de un millón de personas, que durante varios días han invadido pacíficamente las calles, testimoniando la belleza de la familia, esperanza para la humanidad.
El Encuentro Mundial de Milán fue una elocuente «epifanía» de la familia, que se mostró en sus diversas expresiones, así como también en la singularidad de su identidad sustancial: la de una comunión de amor, fundada sobre el matrimonio y llamada a ser un santuario de la vida, pequeña Iglesia, célula de la sociedad. Desde Milán se ha lanzado al mundo un mensaje de esperanza, fundamentada por las experiencias vividas: de que es posible y gozoso, aunque difícil, experimentar el amor fiel, "para siempre", abierto a la vida; que es posible participar como familia a la misión de la Iglesia y a la construcción de la sociedad. Que con la ayuda de Dios y la especial protección de María Santísima, Reina de la Familia, la experiencia vivida en Milán sea portadora de frutos abundantes para el camino de la Iglesia, y el auspicio de una mayor atención a la causa de la familia, que es la causa misma del hombre y de la civilización. Gracias.
Traducido del original italiano por José Antonio Varela V.
©Librería Editorial Vaticana

Publicado en Zenit

El embrión: es uno de nosotros


El embrión: uno de nosotros.
Por Maurizio Moscone
Fuente: Zenit, 8 de abril de 2012
“Se han destruido 94 embriones, 130 ovocitos y 5 muestras de líquido seminal (debido) a una elevación de la temperatura, con nivel cero de nitrógeno y el vaciamiento del tanque”. Estas fueron las declaraciones del Centro de Procreación Asistida para explicar lo que sucedió a inicios de abril en el hospital San Filippo Neri de Roma.
Los matutinos subrayaron que el accidente ha perjudicado a las parejas a las cuales estaban destinadas los embriones. A ellas, la fundación Atinori les prometió la procreación asistida gratis.
Todos se han preocupado de los futuros padres adoptivos, pero ¿quién se ha preocupado de los hijos? Alguien podrá interrogarse: ¿Por qué llamarlos hijos?, si como afirma Singer en Ética Práctica: “Los fetos, los niños recién nacidos y los descapacitados son no-personas, menos concientes y racionales de ciertos animales no humanos. Es legítimo matarlos”.
Singer es uno de los filósofos sobre bioética más famosos del mundo y no es el único que sostiene estas tesis. Por ejemplo, Engelhardt afirma en The foundations of Bioethics: “No todos los seres humanos son personas. Los fetos, los infantes, los retadados mentales graves y los que están en coma sin esperanza constituyen ejemplos de no-personas”.
Parfit por su parte, sostiene que “los niños pequeños y los viejos con grave déficit mental no son personas (...) y no lo son ni siquiera quienes temporáneamente están privados de la conciencia”.
Estos autoproclamados filósofos han obtenido una gran cantidad de seguidores no solamente entre los intelectuales sino también entre los políticos. Singer por ejemplo fue consejero del ex presidente español Rodríguez Zapatero, cuyo gobierno presentó un proyecto de ley inspirado en dicho pensamiento, según el cual los derechos de las personas se amplía hasta los monos.
El proyecto no fue aprobado debido a que cayó dicho gobierno. Pero para este especialista de bioética, los fetos, los recién nacidos y los discapacitados son no-personas, mientras que los monos antropormofos son personas.
Singer lo afirmó en 1994 en una entrevista al diario italiano L’Unitá: “Chimpancé, gorilas y orangutanes tienen una compleja y rica vida emocional; desarrollan relaciones interpersonales cercanas y duraderas; tienen una memoria de largo período y tienen autoconciencia; pueden resolver problemas muy complejos, que claramente piden reflexión; y pueden sufrir sea físicamente que psicológicamente. En una palabra son personas (sic)”.
Según el ‘filósofo’, los monos antropomorfos son personas porque son individuos conscientes, mientras los fetos, los recién nacidos y los discapacitados son no-personas, en tanto individuos privados de conciencia.
Lo que discrimina una persona de la no-persona según este pensamiento es la conciencia: si un animal o un ser humano está privado de la conciencia es una no-persona, si en cambio está conciente es una persona.
Spaemann sostiene, en Personas, sobre la diferencia entre “algo” y “alguien”, y que este modo de pensar encuentra sus orígenes en la filosofía moderna, en particular en el pensamiento de Descartes que identificaba la persona con la actividad pensante y por lo tanto con la conciencia. De hecho el filósofo se pregunta en las Meditaciones metafísicas: “¿Qué cosa soy por lo tanto yo?” y responde “una cosa que piensa”.
Posiciones análogas las encontramos en Locke, según el cual “sin conciencia no hay persona” (Ensayo sobre el intelecto humano), en donde distingue la idea de hombre de la idea de persona, la cual implica autoconciencia. Análogamente Kant, en Metafísica de las costumbres, distingue entre el ser humano como animal racional, instintivo y pasional (homo phaenomenon) y el ser humano como persona espiritual y moral (homo noumenon).
Y para concluir citamos a Hegel en la Fenomenología del espíritu, que identifica la existencia de las personas con la aparición de la conciencia individual.
La filosofía moderna seguramente ha alimentado el modo de pensar de los actuales bioéticos, quienes consideran los fetos humanos como cosas y no como personas, sin argumentar sus tesis, a diferencia de como lo hacían los filósofos antes mencionados.
Lo que une su pensamiento es una ideología neopagana, nostálgica del mundo pre-cristiano.
De hecho, escribe Singer en Ética Práctica, “Si volvemos a los orígenes de la civilización occidental, a los tiempos de los griegos o de los romanos, encontramos (…) que el pertenecer a la especie homo sapiens no era suficiente para garantizar la protección de la propia vida”.
El filósofo Rorty afirma, en Objectivity, Relativism and Truth: “Si se mira a un niño como a un ser humano, a pesar de la falta de relaciones sociales y culturales elementales, esto se debe solamente a la influencia de la tradición hebraico-cristiana y a su específica concepción de persona humana”.
Es verdad, fue el cristianismo el que afirmó la dignidad de la persona humana, desde la concepción hasta la muerte natural.
De hecho se lee en la Carta a Diogneto (siglo II), que los cristianos “se casan como todos, generan hijos, pero no arrojan a los recién nacidos” porque “es ya un hombre aquel que lo será”, sentenciaba Tertuliano.

viernes, 22 de junio de 2012

Un hombre libre


Es más fácil dejarse llevar por las circunstancias o actuar de acuerdo al interés del momento. Es más fácil, pero no es mejor. Hace que en el fondo el hombre no se sienta libre, se de cuenta de que no hace realmente aquello que quiere.
Para evitar esa esclavitud de las circunstancias, parece claro que son necesarios unos principios que guien la vida, que sirvan de soporte y ayuden a actuar libremente. Sin embargo ¡cuantas veces, a pesar de esos principios, se actua de manera contraria y se cae victimas del posibilismo!
Sin embargo no sólo hacen falta unos principios, si no también unos ejemplos que indiquen cómo llevar a la práctica lo que se cree y, sobre todo, que animen a pensar que es posible actuar conforme a cómo se cree. Para ello me parecen muy interesante leer las biografías de quienes han vivido de manera cotidiana aquello que creemos.
Hoy celebramos la fiesta de Tomás Moro, un estupendo ejemplo para todos y especialmente para los padres de familia. Los escritos de Moro reflejan una persona luchadora por ser fiel a su fe, no sólo en las grandes decisiones si no en el día a día.
Me encanta su sentido del humor en medio de grandes tribulaciones, saber vivir dignamente con mucho o con poco, la manera de transmitir paz a su mujer y a sus hijos y la importancia que le dió a mantener la familia unida , posiblemente la mejor vacuna inventada para no perder la esperanza y la alegría.
Supo hacer girar su vida sobre lo que considero un importante quicio, decía "dame, mi buen Señor, la gracia de esforzarme para conseguir las cosas que en la oración te pido". No sólo voluntarismo orgulloso, tampoco espiritualismo angelical.

Algo no funciona


Leo en un articulo que el Pastor Sammien Maletta habla de un grupo de hombres (230) esta preparado para tomar “el compromiso valiente” en el dia del padre, para lo cual van a tomar una preparación rigurosa:

Para ser la cabeza espiritual de mi casa ... para bendecir a mis hijos y enseñarles y entrenarlos ...
Para alcanzar la justicia y la misericordia, el amor ... para proporcionar ... arrepientan y se reconcilien ...
Para modelar y enseñar a la integridad y el honor y la fidelidad ... con determinación.

Mons. José Gómez, acaba de escribir acerca de la vocación de la paternidad .

Incluso después de un largo día de trabajo, aunque él preferiría estar haciendo otra cosa-en lugar de eso va a sonreír y reír y se deleitan en pasar el tiempo y jugar con sus hijos. Porque eso es lo que hacen los padres. Ellos mantienen su promesa de amor…

El pasado domingo es el Día del Padre, cuando de nuevo se celebra la hermosa realidad de la paternidad y la importancia de nuestros padres y abuelos en nuestras vidas. Pero también nos damos cuenta que estamos viviendo cada vez más en un "huérfano" cultura en la que muchos padres están ausentes de vida de sus hijos. Casi la mitad de todos los niños estadounidenses son ahora hijos de madres que no están casadas con el padre del niño. Más de un tercio de nuestros niños no están siendo criados en la misma casa que sus padres. Estas tendencias son parte de un escepticismo más amplio en nuestra sociedad hacia las ideas tradicionales de la familia y la persona humana.

Hay fuerzas poderosas en el trabajo que nos tienen re-imaginar y rediseñar el significado básico de la naturaleza humana. Quieren hacernos creer que si uno es un hombre o una mujer es sólo un "accidente" de nacimiento, y no intrínseca a lo que realmente somos. Ellos nos quieren hacer creer que la maternidad, la paternidad y el matrimonio no son realidades naturales, sino simplemente arbitrarias "construcciones sociales".

creo que nos estamos volviendo locos, que nos quieren imponer algo que va contra natura y claro esto es muy grave si terminamos aceptando estas premisas... 

Es el momento de replantear y recuperar el control sobre el futuro de la familia humana



Declaración de líderes católicos con motivo de la cumbre de Río+20
Con motivo de la cumbre de la ONU Río+20 que se desarrolla en Brasil, sobre desarrollo sostenible, la alianza internacional de agencias católicas de desarrollo CIDSE, a la que se han unido las firmas de numerosos líderes católicos, incluídos un buen número de obispos y arzobispos, y representantes de la sociedad civil, han apoyado una declaración titulada: “Es el momento de replantear y recuperar el control sobre el futuro de la familia humana”. Ofrecemos el texto de la declaración.
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Nosotros, representantes de la Iglesia Católica y de la sociedad civil de todos los continentes, trabajando para la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral apelamos a los líderes mundiales para que hagan una demostración de su liderazgo político en la Conferencia de Rio +20, y a toda la gente de buena voluntad para que actúen para lograr un mundo justo y sostenible.
No podemos seguir esperando re-imaginar y re-hacer un mundo mas verde y mas justo en el que la gente, mujeres y hombres, reconozcan que son una parte integral de la creación, viviendo en armonía con ella y respetándose mutuamente los unos a los otros. La tarea es inminente puesto que nos hemos permitido construir un mundo en el que existe aún demasiada gente sin suficiente alimento, agua o energía para vivir de forma digna.
Trabajamos a diario con los más necesitados y queremos darles voz. Las comunidades más pobres están luchando
para tener acceso a los recursos necesarios para su propio desarrollo, siendo cada vez más vulnerables a las amenazas medioambientales, mientras que los ecosistemas de los que dependen para ello están agotados y destrozados.
Vemos cómo la necesidad de tierra, agua, comida, recursos minerales y energía está aumentando de forma dramática, causando múltiples y violentos conflictos en el mundo entero. La imperiosa necesidad de recursos naturales será aún más intensa en las generaciones venideras.
El cambio climático está avanzando con mucha rapidez, por lo cual no podremos retroceder salvo si empezamos a actuar ahora. La gente más pobre y vulnerable es la más afectada por este cambio, a pesar de ser la menos responsable por las causas que lo provocan.
Estamos frente a una enorme tarea, por haber permitido que las reglas del mercado quedasen fuera de nuestro control, y que su lógica mercantilista se impusiese en nuestros anhelos y deseos, tratando la diversidad de la creación de Dios como «natural» y como parte del «capital humano». Hemos permitido que nuestros deseos humanos y aspiraciones sean fundamentalmente materialistas en lugar de generosos, impulsados más por el interés personal, que por la solidaridad.
Juntos, somos capaces de crear nuevos caminos de desarrollo hacia un mundo justo y sostenible. Además, este cambio depende también de cada uno de nosotros, con lo cual nuestra tarea primordial es trabajar en una transformación radical, fomentar estilos de vida alternativos, una nueva cultura caracterizada por el respeto a la creación, simplicidad y solidaridad, para un mayor desarrollo humano, verdadero y con calidad de vida. Aunque los pobres sean marginados, en su lucha diaria para sobrevivir demuestran mucha creatividad y han trabajado alternativas que constituyen para nosotros una gran fuente de aprendizaje y de referencia a la hora de adoptar políticas de incidencia. Hacemos un llamamiento para adoptar, durante la Conferencia de Rio +20, cambios
estructurales que permitan a las mujeres y a los hombres alcanzar su pleno potencial en igualdad de condiciones.
¡Es el momento de replantear todo y tomar el control! Ya es hora de regular el mercado para que sirva al bien común.
Los líderes mundiales se fijan en el crecimiento económico como principal medida de éxito. No obstante, ¿qué significa realmente el concepto del «crecimiento económico» si tomamos en cuenta el hecho de que los más pobres no pueden participar en éste, si nuestra calidad de vida no mejora y las desigualdades persistentes se profundizan aún más? ¿Qué significa este mismo concepto si implica la destrucción de nuestros bosques, nuestros océanos y nuestros recursos naturales? Necesitamos medir las cosas que importan, midamos de qué manera la economía está reduciendo
la pobreza, creando modos de vida y trabajos dignos, mejorando la sostenibilidad ecológica y la estabilidad social.
Una economía que nos lleve realmente al desarrollo sostenible tiene que ser justa y equitativa, reconociendo de forma adecuada la contribución valiosa de los enfoques locales que generan ventajas sociales y, sobre todo, respetan la dignidad y los derechos humanos de mujeres y hombres.
El desarrollo sostenible tiene que ser la base de un sistema financiero debidamente diseñado y regulado, que ponga la dignidad humana, el interés común y el cuidado de la creación en el centro de la vida económica. Son elementos fundamentales de un sistema financiero justo, la subsidiariedad y el mantenimiento de la función social de la propiedad privada, además de la redistribución a través de los impuestos. Es necesario dar reconocimiento y apoyo al pequeño e informal sector que constituye una parte importante del sector privado y es fuente de ingresos y
empleo para millones de personas pobres. Las instituciones financieras que forman parte de las grandes corporaciones sólo representan una pequeña parte del sector privado; sin embargo, tienen el mando de la mayoría del poder y los recursos, se les deberá exigir que demuestren cómo están contribuyendo al desarrollo sostenible por medio de su transparencia cada vez mayor y el cambio de sus prácticas insostenibles y explotadoras.
Los gobiernos deberán asegurar que los marcos normativos prioricen las necesidades y los derechos básicos de las comunidades y los países pobres para que éstos tengan suficiente acceso al agua, al alimento y la energía, y asegurarse también de que reciban beneficios por comercializar sus recursos naturales.
Debe darse prioridad a las mujeres, porque son ellas las que constituyen la mayoría de la gente que vive en la pobreza y las que se ven más afectadas por las desigualdades sociales, medioambientales y económicas. Por ello, en el eje de las políticas de los gobiernos, se deberán adoptar fuertes medidas para fomentar la igualdad entre mujeres y hombres a nivel social, económico y medioambiental para el desarrollo justo y sostenible.
El escándalo de que mil millones de personas están pasando hambre quebranta el derecho humano a la alimentación, y no puede continuar. Hay que aportar un mayor apoyo a los millones de campesinas y campesinos que trabajan en armonía con el medioambiente; ellos suponen la fuente más importante en materia de seguridad alimentaria para los más pobres.
En definitiva, hay que realizar esfuerzos para tratar con urgencia el cambio climático de origen antropogénico – esa es la amenaza más acuciante (de los más pobres en particular) a la que ahora nos enfrentamos. Se deben tomar acciones más ambiciosas, basadas en los principios clave de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Por último, el marco esbozado para desarrollo sostenible deberá capitalizar también los logros obtenidos; dirigiendo responsabilidades y retos de desarrollo en países desarrollados y menos desarrollados; deberá ser medible y comprensible para todo el mundo.
¡Esperamos que la Conferencia de Rio +20 finalice con un mensaje bien fundamentado de esperanza para todas las generaciones venideras! Esperamos que los líderes mundiales asuman su responsabilidad y la obligación moral de sus actos. Hoy hacemos un llamamiento a los líderes mundiales y a todas las personas de bien, a que sean conscientes de que tienen la oportunidad de hacer el camino de forma conjunta, un camino hacia un desarrollo equitativo y basado en los derechos humanos, hacia una vida verdaderamente humana, hacia un mundo en el que aceptemos que somos parte de la creación que nos ha sido dada para salvaguardarla.